Sus logros superaron a su belleza que traspasó las fronteras físicas y de tiempo: La Güera Rodríguez
- Grace Perez
- 10 nov 2022
- 14 Min. de lectura
Libro: La conspiradora.
Autor: Guillermo Barba.
Edición: Primera, 2019.
País: México,
Editorial: Planeta Mexicana, S.A. de C.V.
ISBN: 978-607-07-5545-3.
Género :Novela histórica.
Diseño de cubierta: REVILON/Oliver Barrón.
Fotografía de cubierta: Shutterstock.
Páginas: 505.
a) Guillermo Barba: Nació en la Ciudad de México en 1951, Murió en 2020. Estudió Diseño Industrial, Comunicación, Filosofía y Letras, y se desempeñó como publicista hasta 2002. Participó como director y guionista de cine. Su trabajo como escritor: Juan sin sueño (2002), La conspiradora (2019), basado en la vida de la Güera Rodríguez. Fue coautor de los guiones y director de las películas Amar no es querer (2011) y Casi una gran estafa (2017).
CONTRAPORTADA: "Nueva España 1808:Oculta en la oscuridad, una mujer recorre las calles de la capital para llegar a una reunión clandestina; posee un secreto que podrá cambiar el destino de México: Napoleón ha invadido España y existe la amenaza de que destrone al rey. Ella sabe que debe actuar con inteligencia antes de que el rumor se esparza; de lo contrario, los españoles podrían tomar el control del reino, arruinando cualquier posibilidad de una independencia pacífica. Atrapada entre dos mundos, el de la corte virreinal y el de los sueños libertarios, María Ignacia Rodríguez de Velazco se verá involucrada en numerosos juegos de espías, conspiraciones políticas y traiciones amorosas que pondrán en riesgo no sólo su vida, sino el porvenir de su patria.
Este magnífico thriller histórico narra, como nunca antes, la vida de uno de los personajes más controvertidos y enigmáticos de la gesta insurgente: la Güera Rodríguez, amiga íntima de virreyes, benefactora de Hidalgo, Allende e Iturbide, y mujer liberal que vivió a contracorriente de la normas morales de su tiempo. Entretejiendo la biografía con la novela de suspenso político, en La conspiradora, Guillermo Barba ha abierto una nueva ventana hacia una figura fundamental para la Independencia de México."
CONTENIDO: María Ignacia Rodríguez de Velasco de Osorio Barba y Bello Pereyra, "La Güera Rodríguez", criolla, vivía en la Ciudad de México. A los 15 años (1793) era famosa por su belleza y carácter decidido, al no tener hermanos su padre la educó casi como si fuera un varón. A esta edad, se casó con José Gerónimo López de Peralta y Villamil, acaudalado venido a menos dedicado a la carrera militar. Tuvieron 5 hijos Su matrimonio fue marcado por la violencia física hacia ella, secundaria a los celos del marido.
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En 1799, conoció al joven militar de 17 años Simón Bolívar. Venía a la Nueva España para pasar días en la corte y de aquí viajar a España. Gracias a él, ella entendió el concepto de libertad. En 1802, con 24 años ( tenia 4 hijos), conservaba su figura delgada y proporcionada gracias a comer pequeñas raciones y realizar una rutina física que le enseño una bailarina. Cuando su marido permanecía con su regimiento, ayudaba a su compadre el clérigo Mariano Beristaín a organizar unos documentos. Un día se anexó al grupo de trabajo Ramón Cerdeña "el cura bonito", (por celos lo había expulsado el ministro Godoy de España), su destino era Guadalajara. Al paso del tiempo tuvieron un romance, y se consideraban como camaradas y amantes de ocasión.
Al poco tiempo de iniciada la relación amorosa, regresó el marido de la Güera sin aviso. Armó un escándalo acusándola de adúltera. La golpeó en la calle, le evitó entrar a su casa, ver a sus hijos y le disparó con una pistola que afortunadamente falló. Ella se refugió en casa de sus padres, y ese mismo día acudió a ver al virrey Berenguer de Marquina, quien después de escucharla ordenó arrestar a Gerónimo y a ella la mando recluir en la Casa de la Moneda. Se le permitió tener a su hija Lupita de un año de edad. Su marido consiguió salir libre, y de manera inmediata inició el juicio para repudiarla acusándola de múltiples infidelidades.
Durante su encierro, tuvo problemas abdominales con inflamación y cólicos, por lo que fue revisada de manera irrespetuosa por médicos enviados por el marido y confirmaron que no estaba embarazada. Gerónimo consiguió que apresuraran la orden de recluirla de manera definitiva en el Convento de Belén de las Mochas, ignorando la autoridad del virrey. Esto lo detectó María Ignacia e hizo que por medio de sus sirvientes de confianza se corriera el rumor en las calles de que se veía al virrey sin autoridad. Al tiempo que logró el testimonio de su medico y de su confesor declarando sobre la violencia en que vivía. Gracias a todo esto logró su libertad.
A los pocos días llegó a la Nueva España el virrey José de Iturrigaray y su esposa doña Inés de Jauregui. De inmediato entablo plática con la virreina iniciando una gran amistad entre ellas. El virrey Iturrigaray ordenó a Gerónimo vivir en su cuartel en provincia, ella regresó a su casa y era dama de honor de doña Inés. Hace la sugerencia de festejar el inicio de las labores del gobernante reanudando las corridas de toros.
Durante el tiempo que duró separada de su marido, a la capital llegó el famoso científico

Alexander von Humboldt, que de inmediato llamó la atención de la Güera iniciando una gran amistad. Ella ayudó a la organización del "gabinete de curiosidades" (exposición) de todas las piezas coleccionadas en sus viajes. La invitó a participar en sus actividades de estudio de la naturaleza y acudieron a la inauguración de la estatua de Carlos IV (página 210).
María Ignacia lo llevó a una cena en casa de su hermana donde su cuñado reunía a liberales. Alexander les dijo que la Nueva España era la única colonia donde muchos de los ciudadanos eran mucho más ricos que el virrey, la desigualdad social era la más grande de América a la vez que era la zona con menos número de esclavos. Se comentó cómo España estaba orillando con sus nuevas políticas a que las colonias buscaran la independencia, tema en el que Alexander estaba de acuerdo. La relación entre María Ignacia y von Humboldt quedó en amistad, debido a la homosexualidad del segundo.
En 1807, la Güera Rodríguez de 29 años de edad, se casó por segunda ocasión con el abogado liberal Juan Ignacio de Briones de 56 años, viudo sin hijos. Muere pocos meses después de la ceremonia quedando María Ignacia embarazada. Para poder disponer de los bienes de su difunto marido, tuvo que dar a luz ante testigos y notario, previa revisión de la casa que hiciera constar que no había otra mujer preñada ni un recién nacido oculto.
Como dama de la corte, participaba en todas las reuniones sociales de palacio. En 1808, se encontró a doña Inés totalmente afligida porque llegó la noticia de que Napoleón tenía tropas en España y lo más probable era que invadiera la metrópoli. Esto la Güera lo comunicó a su cuñado el criollo Manuel de Acevedo, que estaba acompañado de los liberales Francisco Primo Verdad, fray Melchor de Talamantes y otros. Desde ese momento, participó en el grupo que buscaba la independencia.

Cuando José Bonaparte quedó en el trono de España, el apoyo de la corte hacia los virreyes desapareció. Los peninsulares en la Nueva España se organizaron para quitar al virrey Iturrigaray que estaba apoyado por los criollos para buscar la independencia sin derramar sangre. Los "gachupines" lograron encarcelar el 15 de septiembre de 1808 a Iturrigaray acusado de alta traición junto con un grupo de liberales. El cuñado de la Güera se salvó pero quedó fuertemente vigilado. El nuevo virrey Pedro Garibay, fue muy blando, por lo que el mismo grupo que lo encumbró lo sustituyó a los pocos meses por el arzobispo Lizana y Beaumont.
Durante el año de su gobierno, se descubrieron otras conspiraciones en Valladolid y en el bajío. Es el tiempo que el capitán Ignacio Allende viajó a la Ciudad de México y se comunicó con María Ignacia pidiéndole su colaboración. A partir de ese momento, ella entregó un porcentaje a la causa de lo obtenido en sus haciendas en Guanajuato administradas por Mariano Abasolo, y se pondrían en contacto por medio de un sacerdote de una iglesia en la capital.
La Güera se enteró que los conspiradores de Valladolid fueron descubiertos. Hizo que por medio de su servidumbre y otros marchantes, se corriera la noticia de que el oidor Antonio Aguirre de Viana, líder de los españoles en la capital, deseaba matar al virrey. Paralelamente ella fue con el arzobispo Lizama y realizó la denuncia de lo que había escuchado, con lo que el gobernante mandó desterrar al oidor general, pero el plan fracasó, y ella fue denunciada ante la inquisición.
Se salvó del castigo de la Santa Inquisición, gracias a que su equipo del pueblo le informó de actividades inmorales de los integrantes del tribunal, lo cual se los dijo durante su interrogatorio, y para que no lo difundiera, la exiliaron en sus propiedades del bajío. Dejó a sus hijos mayores con su hermana y solo se llevó a las dos pequeñas. Los liberales le mandaron recado que se quedara en Querétaro y la ayudaron a demostrar que era por motivos de salud. Allí se reunió con su ex compañera de escuela Josefa Ortiz de Domínguez quien le presentó al padre Hidalgo y nuevamente saludó al capitán Allende.
Cuando los peninsulares destituyeron al arzobispo como virrey, de manera provisional la

Real Audiencia tomó el poder , con Antonio Aguirre de Viana como participante. Para proteger a María Ignacia, los liberales la mudaron a su hacienda de la Soledad en Guanajuato. Ahí fue recibida por Mariano Abasolo y su esposa Manuela Taboada que rápidamente logró una gran amistad con la exiliada. Manuela le comentó que el cura Hidalgo era muy extremista y detesta a los gachupines, por lo que no le da confianza.
Miguel Hidalgo y Allende tuvieron pláticas en la hacienda de la Soledad, en las cuales, ella se enteró que el cura será el jefe político del movimiento para tener mayor arraigo popular y demostrar que no se lucha contra la religión, así mismo vio la diferencia que existe entre ambos caballeros con respecto a la importancia de tener tropas disciplinadas sobre un contingente incontrolable y a la forma de gobierno posterior a conseguida la independencia..
La Güera recibió la noticia que puede regresar a la Ciudad de México. Francisco Venegas es el nuevo virrey, y Aguirre de Viana obtuvo el cargo de regente de la Real Audiencia. Cuando arribó a la capital, después de recibir a sus hijos mayores en casa, visitó a su padre que padecía una enfermedad terminal, él le pidió ofrecerle una disculpa a Aguirre que también esta moribundo. A los dos días delataron a los conspiradores en San Miguel, por lo que estalló el movimiento armado.
La actitud de pillaje y masacres que realizó el ejército de Hidalgo, hizo que la población polarizara su opinión a favor o en contra. Esto lo supo la Güera con todo detalle, por Manuela Taboada de Abasolo, quien la buscó cuando fueron hechos prisioneros Allende, Hidalgo, Abasolo en Chihuahua. Le platicó las ejecuciones masivas a españoles, la rapiña y desorden del ejército libertador, y la actitud soberbia del cura Hidalgo.
Después de la ejecución de los líderes del la insurrección, tomaron el control del movimiento López Rayón y Morelos, mostrando organización y estrategia. El mejor general realista era Calleja, que a pesar de que se intrigó contra él en palacio por no poder derrotar a Morelos en Cuautla y de mostrar cierta oposición al gobierno vigente,
llegó a ser Virrey. Este se enteró que Rodríguez fue una de las principales intrigantes en la corte.

María Ignacia participó activamente con "los Guadalupe", trató con Leona Vicario y lograron hacer que otras mujeres transportaran una imprenta desarmada para que los insurgentes pudieran publicar sus manifiestos. Pero tubo que apartarse, debido a que su amante Cardeña fue hecho prisionero por ser masón y liberal. La Güera movió demasiadas influencias para liberarlo. situación que puso en peligro a la resistencia, y ocasionó disgustarse con Leona Vicario.
El grupo de liberales, tenía esperanza en que con la promulgación de la Constitución de Cádiz donde se mencionaba que todos los ciudadanos nacidos en América tenían los mismos derechos que los peninsulares, habría oportunidades para los criollos, y la lucha terminaría rápido. Posteriormente se suspendió El Santo Oficio, con lo que la Güera y Ramón Cardeña pudieron hacer perdidizo el expediente del cura. Ella lo apoyó económicamente para que comprara un molino y viviera decorosamente, además por primera vez, pudieron vivir su relación con calma. Inclusive cuando nacieron los nietos de Ignacia, él frecuentaba a la familia ocasionalmente hasta que al poco tiempo murió.
En los siguientes años los liberales fueron derrotados en el campo de batalla. Arrestaron a Leona Vicario, que gracias a las pesquisas de María Ignacia, pudo ser rescatada. No pasó lo mismo cuando recluyeron a Josefa Ortiz de Domínguez por dos años. Por ese tiempo acontecieron varias cosas: los independentistas promulgaron la Constitución de Apatzingán (sin país donde aplicarla), el general Morelos fue fusilado; regresó Fernando VII al trono desconociendo la Constitución de Cádiz reinstalando el autoritarismo, y al Santo Oficio, que gracias a que se enfocaron a recuperar su riqueza e influencia, descuidaron el rescatar sus archivos.
Para 1816 el país regresaba a su tradicional forma de vida, los insurgentes luchaban en grupos aislados que fracasaron al tratar de integrar al recién llegado de España Xavier Mina. El deseo de independencia continuaba y la La Güera continuaba participando. Realizaba reuniones en su casa con invitados tanto liberales como monarquistas (para cubrir las apariencias). De manera inesperada, a una de ellas se presentó el coronel relista más agresivo y sanguinario: Agustín de Iturbide, el cual ya no estaba en funciones por haber sido juzgado por malos manejos económicos.
El crecimiento político y militar de Iturbide estaba frenado por ser criollo, por lo que con el paso del tiempo se integro a las tertulias en casa de Rodríguez, y en 1818, les presentó un plan para realizar la independencia de forma pacífica, aludiendo que gran cantidad de civiles y militares lo deseaban; era la principal diferencia con el movimiento de 1808 y del iniciado por el cura Hidalgo. Los conspiradores empezaron a trabajar en el desarrollo del mismo bajo los términos de religión, independencia y unión.

Así, María Ignacia intrigaba desde el palacio para que el virrey nombrara a Agustín como militar al mando del ejército realista para vencer principalmente a Guerrero. Al mismo tiempo, en la iglesia de la Profesa se reunían los peninsulares pugnando por la independencia y que acudiera Fernando VII a gobernar y derogara en definitiva la Constitución de Cádiz (vigente en 1820), para recuperar sus privilegios. Acordaron con Iturbide, para que venciendo a los pocos grupos de liberales que existían, se desconociera al virrey y se llamara al monarca español .
Durante todo el tiempo, Agustín cortejó a Ignacia de manera abierta, diciéndole que era su musa y le pondría al país libre a sus pies esperando ser correspondido, ella no muy convencida, aceptó con el fin de seguir participando en el desarrollo de país independiente. Siempre mantuvieron correspondencia cifrada, firmada como María y Damiana. Partió el general Iturbide oficialmente a enfrentar a los liberales y logró que Guerrero se uniera al Ejército Trigarante y al igual que la mayoría de los oficiales realistas y jefaturas de gobierno del territorio, anexando ciudades y ejércitos de manera pacífica. .
España sufría la revolución liberal que apoyaba el regreso al poder de Fernando VII para que la Constitución de Cádiz entrara en vigor. Cuando el monarca tomó el trono, y se vió obligado a reconocer dicho documento y nombrar como virrey para Nueva España a Juan José Rafael Teodomiro de O'Donojú y O'Ryan, a quien había mandado a encarcelar y torturar por ser liberal. Todo favoreció a la independencia de la colonia.
Mientras provincia se unía a los Trigarantes, en la capital el virrey Apodaca recibió dos cartas: la primera firmada por Agustín de Iturbide invitándolo a reconocer la independencia, y la segunda de parte del rey Fernando VII, que le comentaba de la importancia de que reconociera el triunfo de los independentistas, para que el monarca pudiera acudir a la Nueva España y gobernarla .

Durante 1821, los españoles quitaron al virrey Apodaca y colocaron al general Francisco Novella en lo que llega el enviado del rey. Iturbide fue logrando la anexión de gobernantes y ejércitos tanto liberales como realistas, hasta que solo la capital y Veracruz no estaban bajo su mando. A su llegada, el virrey O'Donojú reconoció la independencia de la nación firmando los Tratados de Córdoba, a los que Agustín realizó las modificaciones de que el país se llamaría Imperio Mexicano, y que ante la negativa de la realeza europea de ocupar el trono mexicano, un americano podía hacerlo.
María Ignacia visitó al general en su cuartel a las afueras de la ciudad, y lo vió rodeado de aduladores y serviles que le alimentaban sus ansias imperiales. Para los habitantes de la ciudad, ella ya era la amante oficial de Agustín, por eso no les sorprendió cuando el general decidió cambiar la ruta del desfile de la entrada del Ejército Trigarante, el 27 de septiembre de 1821 ( cumpleaños de Iturbide) para pasar y detenerse frente a su casa, saludándola directamente haciendo que el caballo se inclinara y él realizara una reverencia. Esa noche la Güera fue la primera vez que compartió su cama con Agustín de Iturbide, pero nunca pudo influenciarlo en sus decisiones para no generar enemigos y tratar de mantener la unión.
Desde ese momento, Iturbide evitó la colaboración de liberales por ser analfabetas, todo el que no estaba de acuerdo con sus propuestas era su enemigo y nunca contempló hacer mejoras sociales. Ante esto, no tardaron en organizarse en grupos los masones, los liberales y otros a conspirar contra él. Respetando el Plan de Iguala, se envió el documento a España ofreciendo el trono del Imperio Mexicano a Fernando VII o a sus hermanos, la respuesta fue negativa.
Aprovechando su popularidad y lealtad del ejército, organizó que el pueblo lo aclamara en las calles como emperador. El nuevo Congreso contaba con numerosos diputados liberales que se sintieron amenazados con la presencia del ejército en la cámara , por lo que aprobaron el nombramiento de Agustín I, del Imperio Mexicano.
Las cosas no marchaban de manera adecuada, las tropas asaltaban a los civiles porque el gobierno no les pagaba, las conspiraciones y enemigos al emperador aumentaban, el pueblo no veía mejora en su economía y María Ignacia se enteró que Agustín se alejó de ella porque se hizo amante de su hija Antonia. Toda la familia de La Güera Rodríguez tuvieron puestos en la corte del emperador, menos ella, que vivió apartada del gobierno pero siempre activa a favor del país. No le extrañó la caída de Iturbide del poder, y las situaciones que se generaron posterior.
En 1825 se casó con Juan Manuel de Elizalde diplomático chileno. Al parecer una enfermedad en los huesos y una caída la dejaron paralítica, murió en su casa el 01 de noviembre de 1850.
COMENTARIO: En la novela podemos conocer la manera de vivir en la Nueva España a principios del siglo XIX. La inconformidad básica era la de los criollos, que tenían instrucción, educación y deseaban ser independientes. Por su parte los peninsulares, se sentían amenazados por sus hijos nacidos en América, y el pueblo vivía en pobreza y sirviendo a los anteriores, no aspiraban a más. La invasión napoleónica da el momento para dejar de mantener a la "Madre Patria", pero demuestra que la división social y económica en la Nueva España es irreconciliable, por eso el movimiento de 1808 fracasó rotundamente. En 1810, ya con José Bonaparte en el trono español, las acciones para la independencia se acentúan, pero al involucrar de manera incontrolable al pueblo y autorizar "matar gachupines", solo se polarizó la sociedad, y la falta de unión hizo que la lucha se prolongara. Los siguientes años hasta la muerte de Morelos, están favorecidos por la Constitución liberal de la Monarquía Española, redactada en Cádiz, que se aplicaba y derogaba según el bando ganador en España, pero que hacía que sus colonias vivieran un ambiente de igualdad y participación de los criollos, apareciendo la Constitución de Apatzingán y ya una idea de nación propia, pero nuevamente las pugnas internas y el no buscar el bien común evitaron que se avanzara. Por último en 1820, se ejecuta un plan organizado que logró unificar a los grupos en pugna que establecieron un solo frente,
favorecidos por el triunfo liberal en España por lo que el virrey reconoció la independencia, aunque la metrópoli no lo hizo teniendo en cuenta que ellos tenían una lucha interna que duró tres años.
La vida de María Ignacia "la Güera" Rodríguez es interesante, ya que rompe con los patrones sociales de la época. Nos muestra como utilizar las cualidades para obtener las metas establecidas, al tiempo que vemos como influye en la vida familiar.
¿Qué opinión tienes de esta insurgente?
Página 34:"[. . . ] sus deseos de libertad no eran solo palabras e intrigas, las repercusiones se expresaban con sangre, muerte y desdicha."
Página 85 :"Ninguna mujer era dueña de si misma, pertenecía primero a su padre y después al esposo."
Página 162: "[…] un rumor se diseminaba velozmente cuando poseía dos cualidades: un asunto de gran importancia y una aureola de misterio que despertase la curiosidad de quien escucha."
Página 305: "Ciertamente, aun entre revoluciones y desgracias la normalidad tiende a prevalecer, haciendo que el caos, la muerte y el infortunio convivan con los triviales vaivenes cotidianos."
Página 458:"[…] la gente, sobre todo la humilde […] Habían sufrido la guerra con mayores sacrificios que los de la élite del reino: para los de arriba había significado privarse de lujos superfluos, mientras los de abajo padecieron en carne propia el hambre y la muerte."
Página 492: " Por más de veinte años había frecuentado la corte virreinal, donde aprendió a reconocer los pensamientos y acciones de los serviles, aquellos que eran capaces de cualquier bajeza para conservar sus privilegios ,hombres y mujeres volubles de ideas; y que a la primera oportunidad se comportaban desleales a sus protectores."
b)Palabras de uso poco frecuente:
Chichigua: Criada para cuidar niños.
Contertulio: Persona que participa en la misma tertulia que otras.
Exequias: Ceremonias religiosas que se celebran por un difunto.
Infidencia: Violación de la confianza y fe debida a otro.
Jactancia: Vanidad que muestra una persona que presume y alardea de sí misma y de sus propias cualidades.
Meretriz: Mujer que tiene relaciones sexuales a cambio de dinero
Sarao: Fiesta nocturna con baile y música.

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