La herencia familiar no siempre es económica, y trae consecuencias no redituables.
- Grace Perez
- 1 abr 2022
- 8 Min. de lectura
Libro: Los pecados de la familia Montejo..
Autor: Pedro J. Fernández..
País: México.
Edición: Primera, 2013.
Editorial: Penguin Random House. Debolsillo.
ISBN: 978-607-314-410-0
Diseño de portada: Penguin Random House. Hector J. Barrera Carrera.
Género : Novel histórica.
Páginas: 293.
a, b) Pedro José Fernández Noreña : Nació en Delaware en 1986. Estudió Ingeniería en Computación y Electrónica en la Universidad Iberoamericana. Desde julio de 2010 a través de su cuenta en Twitter @DonPorfirioDiaz, se dedicó a la difusión de la historia de México utilizando una sátira muy personal. Al siguiente año, participó como dialoguista en la serie El sexo débil, que fue galardonada en el Festival y Mercado de tv Ficción Internacional.
Autor de textos históricos Los pecados de la familia Montejo, La última sombra del imperio, Iturbide, Morir de pie, Había una vez mexicanas que hicieron historia y Yo, Díaz.
Junto con Juan Miguel Zunzunegui y Leopoldo Mendívil, publicó su libro de ensayos México a tres bandas.
CONTRAPORTADA: "Beatriz y Carlos Montejo representan a la clásica familia mexicana de abolengo de finales del siglo XIX. Sus hijos Juan Carlos, Julio y Ana María, han crecido con los principios que ella les ha inculcado para no perder la estirpe y pertenecer al círculo de allegados de Don Porfirio Díaz.
Pero la vida no funciona de esa manera. . . Un día Beatriz descubre que su marido tiene una relación fuera del matrimonio. Como no puede permitir que su apellido se mancille, tomará medidas extremas para mantenerlo impoluto. Así, descubre que es imposible escapar del pecado, y que necesitará de todos los valores cristianos para salvar a sus hijos de sí mismos, a costa de lo que sea.
Con un estilo único y una pluma resuelta, Pedro J. Fernández recrea el esplendor de México durante le Porfiriato hasta el inicio de la Revolución mexicana a través de la historia de una familia que representa, también, la decadencia del país."
Personajes principales:
Beatriz Montejo: Matriarca de la familia, recién viuda. Ojos verdes, mirada penetrante, sonrisa malévola. Esbelta, arreglo impecable con gran porte. Usa bastón con puño de una imagen religiosa labrada en plata por dolor en pierna derecha.
Carlos Montejo: Difunto, De los empresarios más importantes del país. Patriarca de la familia.
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Juan Carlos Montejo: Hijo mayor de la familia. 37 años, casado con Eva. Estudió leyes y ayuda a administrar la hacienda. Sumiso a su madre.
Ana María Montejo: 24 años, siempre descalificada por su madre y apoyada por su padre.
Julio Montejo: 22 años, estudia artes en San Carlos. Homosexual. Rebelde.
Arturo de la Garza: 22 años, estudiante de arte, amante de Julio.
Claudia: Administradora de la hacienda de los Montejo. Actualmente deformada por las cicatrices y lesiones por quemaduras.
Magdalena: Hija de Eva y Juan Carlos Montejo.
Epigmenio Camacho: Doctor esotérico, viudo, esposo de Ana María.
Jorge Macías: Periodista opositor al régimen de Díaz. Esposo de Magdalena.
CONTENIDO: Todo inició en julio de 1885, cuando la matriarca de la familia Montejo,

Beatriz , encontró el cadáver de Carlos Montejo, su marido. El señor Montejo se cortó as venas, después de comentarle que tenía una amante y no podía soportar la presión social y religiosa, mismas palabras que dejó en una carta. A partir de ese momento, Beatriz, siempre vistió de negro y portó un camafeo de algún santo en el cuello. Sobre la chimenea del salón principal, estaba una pintura de ella realizada por Julio, cuadro que la señora aborrecía y que nadie podía descolgar, parecía que estuviera pegado a la pared.
Su carácter rígido, implacable y dominante sobre sus hijos se recrudeció. Antes del velorio del señor Montejo, discutió con su hija Ana María de 24 años de edad, por ser una quedada y no darle nietos, durante el evento le ordenó a Juan Carlos, su hijo mayor, que se llevara a Eva su esposa que siempre la consideró socialmente inferior, y a Julio su hijo menor, le recriminó que llorara por la muerte de su padre, porque la sociedad lo tachará de maricón. Ganas le dieron a la matrona Montejo, de volverlos a golpear con el puño de su bastón, como cuando eran niños.
Acudieron a darle el pésame Agustina Castelló (suegra de Porfirio Díaz) que era su mejor amiga, el propio presidente Díaz y su esposa e innumerables personalidades de la política y de la sociedad de alcurnia. De los familiares de Beatriz estuvieron su hermana con su marido y su hija Clara de 15 años, que estaba embarazada de Octavio, un mestizo de clase media, por lo que el matrimonio no se autorizó. También llegó la administradora de la hacienda de los Montejo, Claudia, deformada por las quemaduras sufridas en un incendio aparentemente provocado en la hacienda. La señora Montejo le señaló lo desagradable que se veía y la mandó a la cocina.
En en transcurso del siguiente año, los padres de Clara la corren de su casa, Beatriz la siguió recibiendo una vez a la semana para leer la Biblia para purgar sus pecados. Clara parió en casa de los Montejo y falleció. El niño llamado Pablo, fue criado por sus abuelos ,impidiéndole a Octavio verlo, pero con el tiempo logró establecer comunicación con el niño, que conforme crecía mostraba el carácter parecido al de Beatriz.
Para la señora Montejo es un año con muchos cambios, además de ver con frecuencia el fantasma de su difunto marido en estado de putrefacción, que los relojes de la casa caminan para atrás o caminaran muy lento, las flores se marchitaran en minutos, se enteró de la relación amorosa de Julio con Arturo, compañero de la academia de artes, por lo que el joven decidió dejar la casa familiar e irse a vivir con su amante. En este año de 1886, nació Magdalena, la hija de Eva y Juan Carlos, con lo que Beatriz se sintió defraudada, ella deseaba un varón.

En enero de 1887, Beatriz decidió que su hija se casará con el doctor y astrologo Epigmenio Camacho, recién viudo y sin hijos, por lo que armó el plan para que Ana María rompiera con Ignacio su "novio", de clase baja y realizar la boda . Por su parte, Magdalena ingresó a la mejor escuela católica para niñas de la ciudad por pertenecer a una de las mejores familias del país.
Tres años después (1890), la gran matriarca localizó la dirección de Julio, lo visitó para reprocharle su forma de vida y recordarle que recibirá el castigo que merece. Posterior a esto acudió con su confesor, que también vio al fantasma putrefacto de Carlos Montejo después de escucharla. El clérigo quedó con gran cargo de conciencia, además era el confesor de varios miembros de la familia, y el peso de sus secretos lo llevaron al suicido casi al terminar el siglo. Dejó una carta escondida en la imagen de un santo de la iglesia, explicando el porque de su conducta.
En 1892, aparecieron asesinados en su casa Julio y su amante Arturo, la policía no dio con el responsable. A partir de esto, el fantasma en descomposición del muchacho se unió al de su padre para visitar a la señora Montejo, también era visto pero de forma angelical por Magdalena, que siempre cuidó el lienzo de la Última Cena, realizada por su tío.
En octubre de 1895, la iglesia donde estaba el padre confesor de Beatriz, se incendió sin causa aparente, los abuelos de Pablo son acusados de manera dudosa de asesinar a Octavio el padre de Pablo, por lo que creció bajo la custodia de la gran matriarca. Desde ese momento su prima Magdalena le despierta gran deseo.
La salud de la matrona Montejo es mala, y cuando su hija le platicó que no quedó embarazada, solo fue un retraso se pone al borde de la muerte, momento en que su retrato cayó de la pared por si solo y fue mejorando. Al año siguiente falleció su yerno, el doctor Epigmenio, posterior a lo cual, Ana María quemó todas sus pertenencias y recuerdos en común; enfrentó a su madre comunicándole que se casaría con Ignacio, en la discusión la joven mujer cae por las escaleras sufriendo una herida severa en la cabeza, que le ocasionó la muerte.
Ya en el siglo XX, Pablo aprendía el manejo de la hacienda, pero al ver el trato que

Claudia da a los trabajadores, acudió a su tía abuela para realizar cambios, los cuales terminaron con el linchamiento de Claudia por los trabajadores. El joven quedó como administrador tan cruel como su antecesora , por lo que en 1906, , los trabajadores de la hacienda Montejo, decidieron rebelarse destruyendo la propiedad y casi matar a Pablo, que se salvó gracias a las tropas enviadas por Don Porfirio para ayudar a la mejor amiga de su suegra.
En la capital, Magdalena era novia de Jorge Macías, periodista que escribía contra el gobierno y por lo mismo era perseguido. Decidieron escapar para ser felices. A los cuatro años arrestan al periodista, por lo que Magdalena regresó a casa de sus padres. Al recolocar el cuadro de La Última Cena pintada por su tío Julio, la muchacha y su madre encontraron información de muchos secretos familiares. Cuando Eva se lo dijo a Juan Carlos, el matrimonio se separó.
A la mitad de 1910, Magdalena y Jorge se casaron por la iglesia Eva habló con Beatriz para que dejara tranquila a su hija, y a los pocos días la encontraron estrangulada en un callejón solitario. Juan Carlos por primera vez desobedeció a su madre, y el velorio de su esposa y matrimonio civil de su hija se realizaron el mismo día en la casa Montejo. A partir de ese día, el fantasma de Eva visita de manera frecuente dicho inmueble uniéndose a los anteriores. La matona Montejo se enteró que su hijo intenta casarse con una joven y hermosa mujer de clase humilde, por lo que ofrece dinero a la novia para que desaparezca de la ciudad. A los pocos días, Juan Carlos Montejo muere y su fantasma aparece en la mansión..
Ante tantas muertes de la familia de su esposa, Jorge le pregunta si ella sabe la causa,

Magdalena solo le contestó que enfrentará a su abuela para conocer los secretos familiares.
Se da el enfrentamiento entre las dos generaciones en la mansión de los Montejo que se encuentra en ruinas y saqueada.. Beatriz de 94 años, llena de arrugas, pelo escaso y blanco, le cuenta a su nieta todo el pasado oscuro de la familia. La abuela muere y en seguida la casa se empezó a derrumbar, Magdalena tuvo el tiempo contado para salir a la calle donde la esperaba su marido.
Pero para mala suerte de ambos, el tenía en la camisa una mancha de lápiz labial , ella cargaba el bastón de la abuela, y ambos sabían la historia de los secretos y pecados de la familia Montejo.
COMENTARIO: Novela escrita de manera dinámica, con personajes bien definidos, cada uno se identifica por un defecto o cualidad dominante, que nos muestran la moral de la época. La ambientación nos hace conocer como vivía la burguesía casi nobleza porfiriana, así como la diferencia entre las clases sociales seguía casi igual de marcada que en el momento de la independencia. Los capítulos siempre empiezan con la fecha y hacen mención a un evento importante durante los treinta años de gobierno de Porfirio Díaz, y vamos viviendo los cambios en la urbanización de la ciudad, así como notamos el estancamiento en el campo.
¿Qué tanto sabemos de nuestra familia?, continuamos la herencia moral, la modificamos o la olvidamos. Platiquemos.
Página 84: "Eres mi esposa y tus obligaciones son las de atenderme y embarazarte. [. . .] la única razón por la que me casé contigo era tener un hijo que llevara mi sangre. Tú te casaste conmigo porque eras una quedada y solo un viudo te tomaría como esposa..."
Página 88: "[. . .] lo importante no es lo que usted piense, sino lo que vamos a hacer con su hija. La vamos a moldear para convertirla en una mujer digna de la gloria de Dios. Aquí aprenderá a bordar, a cocinar y a llevar la economía de un hogar, pero, más importante que aprender a leer y escribir, aprenderá a rezar como Dios manda."
Página 166: "[. . .] las cosas en el campo son muy difíciles, contratamos a la gente de clase humilde para hacer lo que nosotros necesitamos, pero ellos son muy flojos y van a encontrar veinte formas de cobrar sin hacer bien su trabajo, por eso es necesario tener mano firme con ellos, para que aprendan quién manda. . . "
c) Palabras de uso poco frecuente:
Abominación: Cosa que provoca rechazo y condena.
Escuincle: Persona que está en el período de la niñez.
Impoluto: Que está completamente limpio o no tiene ninguna mancha
Mancillar: Causar perjuicio en la honra o el honor de una persona, familia o linaje.
Parca: Se utiliza en el sintagma la parca con el significado de ‘la muerte’.
Preternatural: Que se halla más allá del estado natural de una cosa

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