Las leyendas que nos enseñan como se vivía hace muchos años.

Grace Perez
11 nov 2021
12 Min. de lectura

Libro: Leyendas mexicanas.

Autor: Artemio de Valle-Arispe..

Prólogo: José Luis Martínez.

Editorial: Alpe. Lectorum.

País: México.

Edición: Primera,2001.

ISBN: 968-5270-52-X

Género :Relatos

Páginas: 160.

Portada: Raúl Chávez Cacho.

a) Artemio de Valle-Arizpe: Saltillo, 25 de enero de 1884 - México, D.F., 15 de noviembre de 1961. Estudió en su estado natal en el antiguo Colegio de San Juan y en el Ateneo Fuente. En la Ciudad de México se graduó como abogado, profesión que casi no ejerció por su desempeño en cargos diplomáticos en España, Bélgica y Holanda. En 1942 fue Cronista de la Ciudad de México. Colaboró en El Universal. y miembro de la Academia Mexicana de la Lengua.

Durante su estancia en España, por sus investigaciones en el Archivo de Indias, despertó en él, el deseo de rescatar historias de los tiempos de la colonia en México.

Su primera novela Ejemplo se publicó 1919 , le siguieron una larga lista de más de 50 publicaciones que terminaron hasta 1960.

CONTRAPORTADA: Artemio de Valle-Arizpe nos legó a través de estas crónicas, un recuento fantástico de la ciudad que existe solamente en la memoria de nuestros abuelos. Leyendas mexicanas se publicó por vez primera en 1943 y es uno de los libros más característicos y más populares del autor,

Su tema es el de muchos otros libros de don Artemio: las leyendas mexicanas, casi siempre nostálgicas y a menudo relacionadas con los nombres y sobrenombres de calles, casa, conventos y otros lugares memorables de la Ciudad de México. Aquí aparecen leyendas como "El callejón del Muerto", "La dama viajera", "Lo que contó la difunta" y "Los galardones de mal" , entre otras.

La pluma de Valle-Arizpe ha hecho un manjar literario con los tesoros, los recuerdos y la memoria de esa ciudad que hace ya mucho tiempo fue la región más transparente del aire."

CONTENIDO: El texto narra 18 leyendas que se desarrollan en la época de la Nueva España, mencionaremos lo esencial de cada una:

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Florecilla Franciscana: La historia de Fray Manuel de Olmedo, que era casi un santo en vida, estaba a cargo del huerto de su monasterio. Los frutos recolectados eran vendidos para ayudar en el sostén de la comunidad religiosa. En una ocasión, las aves se dedicaron a picar el fruto de todos los árboles del vergel, por lo que el padre superior le comenta a Fray Manuel, que las ventas serán muy bajas, nadie quiere comprar fruta picada, y que ponga un espantapájaros o haga algo para alejar a las aves. El fraile lleno de tristeza y angustia lloró en el huerto, al observar el hecho, las aves se posaron sobre y junto al clérigo. escuchando lo que les dijo: sólo podrán alimentarse de ese árbol (señalándole), a lo que las aves obedecieron y dejaron en paz el resto de los frutos.

El armado: Era un caballero siempre vestido de negro, portaba gran cantidad de armas y cota de malla bajo el blusón. Siempre andaba solo, se le veía rezar en todas las iglesias que se atravesaban en su camino, besando el piso y haciendo acto de contrición. Un día amaneció colgado del balcón de su casa. No se supo más, desde entonces a la calle se le llamó del ahorcado.

Caras vemos, corazones no sabemos: Don Álvaro de Tavera, caballero muy rico y elegante, propietario de casa lujosa, vivió bajo el lema de que lo que hace tu mano derecha no lo sepa la izquierda. Así, al tiempo que aparentaba soberbia y superioridad, ayudaba en secreto a huérfanos, viudas y asociaciones encargadas de asistencia pública. Desapareció de repente, y unos días después, la servidumbre lo encontró muerto en una habitación escondida que carecía de lo más elemental, y su cuerpo como buen devoto, mostró signos de autocastigo .

El puente del clérigo: Don Felipe hizo que su esposa doña Clara y su fraile confesor le acompañen a ver a un amigo moribundo. Todo era un engaño, al llegar a un puente, despide al carruaje y tienen que atravesarlo a pie. A la mitad del trayecto, reclamó a la esposa por supuestos engaños y hace que el fraile la confiese. La esposa niega las acusaciones por lo que don Felipe la apuñaló. Posteriormente, intentó que el confesor le diga lo que sabe, este le dijo que solo lo hará si don Felipe lo escucha como si fuera una confesión. El caballero aceptó y se sentó en el barandal del puente como lo solicitó el clérigo, este lo aventó hacia abajo, pero el marido le enterró el cuchillo por lo que ambos se despeñaron del puente.

La paga del fraile: Fray Bartolomé de Almagro, dirigió la construcción del convento con

gran ánimo y de manera minuciosa, al terminar, vio que le faltaban pinturas religiosas de ornato en las paredes. Contrató a un gran pintor de su comunidad, el cual pasaba por un mal momento. De repente le avisan que su esposa está muy enferma, pide al fraile una parte se su pago, y le responde que el convento tampoco tiene ingresos, pero le dice que vaya con su familia, le llena su costal con flores cortadas por el clérigo y le da la bendición, En el camino a su casa, el pintor siente que el costal incrementa el peso, y lo escucha tintinear, al abrirlo ve numerosas monedas de oro.

La calle de la joya: La historia de celos infundados de don Gaspar Figueroa hacia su esposa doña Florencia, todo un ejemplo de moral, bondad, rectitud, organización y belleza. Una mañana a la salida de la iglesia, don Álvaro de Alcántara (conocido por su disipada vida), ve salir a doña Florinda y desde es momento trató de conquistarla por todos los medios, Ante su fracaso, una noche entra por el balcón a la habitación de la señora, y trató de entregarle un costoso y hermoso brazalete. Ella gritó del susto por lo que el marido ingresó furioso al cuarto, al no poder dar muerte al intruso que reconoció y escapó, apuñaló a su esposa.. Tomó el brazalete, se dirigió a casa de don Álvaro, y como no puede verlo, don Gaspar de Figueroa clavó la joya en la puerta y murió sin causa aparente. Cuando don Álvaro conoce la tragedia, ingresó a un monasterio.

Sol y Luna en conjunción: El caballero don Enrique de la Luna, propietario de una gran fortuna que crecía con cada generación, e inclusive opacaba los lujos del virrey. El caballero casó con doña Sol. La feliz pareja daba grandes fiestas y mostraba su riqueza. El virrey Conde de Gálvez, los favorecía con su amistad, tanto así, que le obsequió una casa a doña Sol en el centro de la ciudad. Don Enrique agradeció el obsequio pero le comunicó al virrey que la reconstruirá para que sea digna del rico matrimonio. Así se hizo, el palacio tenía labrada la imagen del Sol y la Luna para ser reconocida por todos. El mandatario les retiró su gracia, y se inició un tipo de competencia en lujos y derroches en las fiestas, siempre ganaron el Sol y la Luna. Tiempo después, don Enrique y el virrey, murieron el mismo año.

Por senderos ocultos: El ratero Herminio Brizuelas, vivía en los barrios bajos de la ciudad con una barragana de pésima reputación. En una ocasión que el dinero escasea, Brizuelas decidió robar la corona de oro con joyas que lucía el Cristo de la Misericordia. Para hacerlo, tuvo que trepar por el altar y así alcanzar la imagen, en el intento se cayó y junto con él la imagen que se rompió con el impacto. Al levantarse, su mirada se topó con la cabeza del cristo que parecía dirigir su mirada directo al ladrón. Desde ese momento se arrepintió y cambió de forma de vivir.

La cruz verde: La señorita Felisa Pedraza, hija del Regente del Tribunal de la capital del país, estaba en su balcón, cuando la vió don Miguel de Manrique quedando enamorado de ella. El joven la cortejó, envió recados con los criados, hasta que logró ser correspondido. Por lo que le pidió a la dama, si está de acuerdo en formalizar su relación, coloque una cruz verde en el balcón. A los pocos días apareció la deseada señal. El enamorado don Miguel, mandó a construir una cruz en la esquina de la casa, como celebración de su amor. Actualmente la esquina es de Regina y Correo Mayor.

El callejón del Muerto: La historia de Benito Bernáldez, que después de haberlo perdido todo, trabajando se hizo de fortuna en la Nueva España. Su único hijo enferma de gravedad. Don Benito hace manda muy cara a la Virgen de Guadalupe y otras imágenes. El joven mejoró, al señor se le olvidó cumplir con la virgen por estar inmerso en sus negocios. Una mañana, su fraile de confianza lo vió a lo lejos cargando pesada pieza de plata en dirección a la basílica y pensó que por fin cumpliría su promesa. Cuando el clérigo ese día acudió a la casa de don Benito ( localizada en un callejón) para felicitarlo, se enteró que el señor amaneció muerto y por lo mismo, lo que vió el fraile, fue su espíritu.

La dama viajera: La historia de la Virgen de las Angustias, que fue vista deteniendo la compuerta de la presa para evitar la inundación de la ciudad. Un indio siguió a la dama, y la vió entrar en una casa. Tocó buscando a la señora en cuestión , le permitieron entrar y se dio cuenta que la imagen de la virgen era la señora que vió. Los dueños del lugar comentaron que llevaban días cambiando la ropa de la imagen, pues la virgen, amanecía con la túnica manchada de lodo. Desde ese momento fue muy venerada y tenida por milagrosa.

De por qué la calle del puente del cuervo se llamó así: En la casa vieja y descuidada propiedad de Santiago Améndola, siempre entraba un cuervo al que el señor denominó diablo y platicaba con él. Nadie supo la causa de la desaparición del señor Améndola y el cuervo ,pero el último regresó a los dos años de esto y en la noche se paró en la baranda del puente frente a casa de don Santiago, echando a volar a la media noche. Los vecinos se persignaban al escucharlo.

La cruz de Santa Catarina: El viejo Juan Rodríguez de Berlanga, cuidaba de su huerto que estaba frente a la iglesia de Santa Catarina. En este sitio, estaban enterrados los ancestros y esposa de Juan, que al ver el atrio vacío, siempre pensaba que se debía construir una cruz en ese lugar. Su huerto es embargado, y lo único que le quedó al viejo fueron dos árboles que daban peras, los cortó y mando a hacer una gran cruz pintada de azul que adornó el atrio, y con lo poco que le restaba, ordenó forjar una cruz pequeña para la cúpula. El buen cristiano quedó en la calle, pero feliz de ver las cruces que adornaron su consentida iglesia. Una mañana subió a la cúpula, cuando estaba rezando resbaló y cayó hasta el patio, donde la cruz azul lo recibió extendiendo sus brazos. Al día siguiente, lo encontraron muerto sobre la ella.

Los galardones del mal: Es la historia de Honorio Cotero, que desde pequeño disfrutaba con torturar, mutilar, castigar y matar a los animales. Una vez que se confesó, el sacerdote, este le invitó a que se arrepintiera, Honorio en respuesta, golpeó al clérigo y se dedicó a llevar una vida disipada. En la taberna, un jugador le hizo trampa, Honorio lo descubrió y le dio tres castigos con una cuerda: El primero fue colgarlo del badajo de la campana más grande de la catedral, cuando se recuperó, lo encontró y lo amarró a un caballo arrastrándolo por el campo, lo curó con sal y alcohol sobre las heridas, y ya repuesto no pudo escapar del tercero y mortal, que fue recibir azotes con la cuerda mojada. Honorio escapó del pueblo y se unió a una pandilla de bandoleros, rápido tomó el mando. A sus victimas las torturaba, humillaba y en la mayoría de las ocasiones las mataba. Por fin, fue aprendido por la ley y condenado a morir en a ahorca. Cuando llegó al cadalso, la soga se rompió en dos ocasiones, por lo que se le condenó a ser azotado, castigo con el cual murió.

Lo que contó la difunta: En el convento capuchino, el coro de las hermanas cantaba en la

misa de medianoche, y empezaron a escuchar una voz casi celestial que las acompañaba. La hermana encargada de las llaves, las cuenta al salir del coro y nota la presencia de una más. Avisa a la superiora, quien se dedicó a observar; cuando localizó a dicha monja, la siguió hasta el cementerio. La alcanzó y le levantó el velo y descubrió que era una monja que murió hace poco. Le pidió cuente el porque su alma pena, la respuesta fue que era por pago de su vanidad y soberbia en vida, que ella entró al convento porque el único varón del que se enamoró no la correspondió, y se casaría con otra. La novia murió y ella se sintió feliz. En el convento trató de ocultar sus negros sentimientos. Cuando murió, su alma quedó en pena hasta poder confesar sus pecados a una madre superiora, que junto con las las hermanas del convento, hagan penitencia y oren por ella. Así se hizo, y no se escuchó más la voz.

Protección abnegada: A una gran casa de lo que ahora es la calle de Tacuba, ingresó un hombre pálido, sudoroso y aterrado. Estaba huyendo de una multitud que le perseguía por haber matado a un joven negro. Llegó a la cocina de la casa, donde se encontraba la esclava negra guisando los manjares que sabía, y le permitió esconderse en la alacena para que no lo encontraran, Retirándose las autoridades llevan el cadáver del joven que resultó ser el hijo de la cocinera. Llena de dolor y conteniendo el llanto, dejó ir al prófugo quedándose con su pena.

A cambio de la afrenta una fortuna: Don Martín de Arellano, comerciante rico y buen hombre, adoptó a su sobrina Trinidad cuando quedó huérfana y en la ruina. La niña creció sin gran belleza, pero realizando todos los caprichos de su voluntad, era soberbia, grosera, presumida y a todos trataba con desdén, principalmente a su tío. Al morir este, Trinidad se enteró que para heredar la gran fortuna y bienes, tenía que dar una machincuepa completa en un tablado donde todo el pueblo la pudiera observar, y se anunció con anterioridad para que el público no faltara, además, ella tenía que lucir su mejor atuendo y arreglo. Con tal de no perder la herencia, aceptó. Al realizarlo, fue tanta la burla que recibió durante y después del evento, que decidió emigrar sin dejar dicho donde sería.

Las palomas: En el convento de Santa Catalina, las monjas pasaban penurias y pobreza, ya que hacía tiempo que no ingresaba nadie a su orden, el huerto se inundó y un acreedor que les daba buenos réditos por un préstamo se fugó. Tenían en el jardín la imagen de una hermosa virgen de la que eran muy devotas, en una ocasión se posaron sobre ella ocho palomas blancas. Al poco tiempo llegaron ocho nuevas damas para ingresar a la orden, aportando grandes dotes económicas. Tiempo después, una de las hermanas compartió un sueño en que 24 palomas blancas quedan bajo el manto de la virgen y no salen más, esto coincidió que en el convento apareció una enfermedad que mató a 24 religiosas, Esto se supo de la virgen y sus palomas.

COMENTARIO: A través de las leyendas, conocemos un poco de la forma de vida en la época de la colonia en nuestro país. Vemos como la religión era un punto angular en todas las clases sociales, a tal grado que algunos personajes son retratados casi como santos en vida. La actividad de las mujeres de la clase alta estaba limitada a las paredes de su hogar, por lo que eran responsables de la actividad de las personas en servicio, comprar y preparar los alimentos, el cuidado de la ropa y la proyección de su familia en la sociedad, organizando en ocasiones a pesar de problemas económicos, grandes fiestas. Los caballeros se dedicaban a los negocios y eran dueños de sus familias, casi al igual que de sus propiedades. Varias de las leyendas, nos relatan eventos que se pueden catalogar como milagros, quizá fueron interpretados así, por la alta religiosidad de esos años. Gracias a la narrativa del autor, podemos imaginar las calles del centro como eran en ese entonces, así como los vestidos, medios de transporte y todo lo que conforma el entorno de una ciudad. Las leyendas comentadas son poco conocidas, pero es una buena manera de conocer un poco la historia de la actual Ciudad de México.

Dime cual te agradó más, comentemos.

Página 16: "La moda colonialista [...] puede explicarse como un movimiento de huida hacia el pasado determinado por la angustia de la Revolución. No era esa sin embargo, la sola causa determinante. Si se recuerda que movimientos similares ocurrieron en España y en la Argentina y el Perú hacia los mismos años."

Página 20: "Su tema es el de otros muchos libros de don Artemio: las leyendas mexicanas casi siempre piadosas y a menudo relacionadas con los nombres y apodos de las calles, casas, conventos y lugares varios."

Página 21:"Otro de los recursos de que se sirve nuestro autor es el de la gradación en las repeticiones de algún tema. Sobre su sujeto va acumulando atributos crecientes en frases cortas que acaban por envolvernos."

b, c) Palabras de uso poco frecuente:

Albórbola: Vocería o algazara, y especialmente aquella con que se demuestra alegría.

Adunia: En abundancia.

Alarife: Nombre que se daba antiguamente al arquitecto o maestro de obras.

Almotacén: Hombre encargado de contrastar las pesas y medidas en la península Ibérica musulmana.:

Bargueños: Mueble de madera antiguo con adornos de marquetería y taracea que tiene muchos cajones pequeños, compartimientos y estantes.

Barragana: Mujer que convive con un hombre sin estar casados entre sí.

Bureo: Diversión, juerga

Crascitar: Graznar del cuervo

Denuedo: Valor, energía y decisión con que se ejecuta una acción.

Enhiesto: Que está verticalmente derecho.

Fullería: Trampa en el juego o astucia con que se pretende engañar